En esta ocasión proponemos un pequeño recorrido que partiendo de Étura se adentra en la
sierra por uno de sus barrancos más hermosos, el barranco de San Donato, y recorre parte de la
misma por su ladera sur.
El punto de partida es el lavadero de Étura, desde este punto nos dirigimos hacia el sur, por
la pista que sale del pueblo hacia la carretera. En seguida encontramos una bifurcación a la iz-
quierda que cogemos hasta llegar a un nuevo cruce de nuevo a la izquierda, volvemos a girar en
este sentido hasta encontrarnos con una valla que habrá que atravesar por un paso existente (la
puerta está cerrada con candado) para comenzar la subida por el barranco de San Donato.
Al comienzo del barranco vemos un abrevadero para el ganado que dejamos a un lado. En
esta zona baja, el suelo es profundo lo que permite que se asiente en esta margen del arroyo un
pequeño bosquete de fresnos, alguno incluso trasmocho. Seguimos subiendo y nos encontramos
con otro abrevadero enmarcado por varios ejemplares de quejigos algunos de ellos centenarios.
En época de aguas altas, en invierno o a comienzos de la primavera, aguas arriba del arro-
yo, si se es observador se podrá apreciar la presencia del manantial que da lugar al barranco.
Sin perder el camino y sin dejar de ganar altura nos cruzamos con una pista transversal, hemos
llegado al llamado Camino Real. Si lo siguiéramos hacia la izquierda nos llevaría a la cima del
Aldaia, pero como no queremos seguir subiendo, giramos a la derecha para llanear durante un
buen rato disfrutando de las vistas hacia el valle que nos ofrece la relativa altura a la que hemos
llegado. Desde aquí podemos ver Audikana, Etxabarri-Urtupiña y detrás nuestro, el castillo de Gebara.
Para fi nalizar queremos destacar que los montes de Aldaia no solo tienen valor por la pre-
sencia de árboles trasmochos que cobijan escarabajos amenazados a nivel europeo, como decía-
mos en el número pasado de la revista, también es importante la presencia de pastizales y for-
maciones arbustivas que en algunos casos se enriquecen gracias a la presencia de innumerables
orquídeas. Mayo es el mes más adecuado para disfrutar de la observación de estas especies cuya
oración dura muy poco tiempo.
Vamos caminando entre ejemplares de quejigos y encinas de buen porte, dejando un ca-
mino de bajada a nuestra derecha y siguiendo de frente llegamos hasta un vallado que separa la
ladera sur de la sierra donde estamos del valle de Ozaeta. Bajamos hacia la derecha hasta llegar
a una puerta metálica que, en este caso, podemos abrir y atravesar sin problemas. A este punto
habíamos llegado desde Heredia en el recorrido que presentamos en el pasado número de la
revista. Ahora nos queda bajar volviendo a hacer el recorrido en sentido inverso hasta llegar
a la balsa de Pozueta en el paraje de Larrintxo./ Este camino nos puede llevar hasta Axpuru si
tomamos dirección norte o hasta Heredia si tomamos dirección sur. Nos dirigimos hacia el sur
sin dejar el camino que llevamos hasta llegar a la balsa de Pozueta en el paraje de Larrintxo. Se-
guimos bajando hasta llegar a una bifurcación a la derecha que nos llevará de nuevo a Étura. El
camino no tiene pérdida, se llega a una puerta metálica que separa el monte de la parcelaria que
nos encontramos de frente y sin dejar la pista principal se llega hasta el paraje de Madalenalde,
indicado en un poste de madera en un cruce de pistas. Se gira a la derecha en dos ocasiones y se
llega de nuevo al lavadero que ha sido nuestro punto de partida.