Etura aparece por primera vez, como Hetura, en el documento del obispo de Calahorra Jerónimo Aznar, fechado en 1257, dentro del arciprestazgo de Heguilaz, y en las cuentas del escribano Mateo Ferradar, de 1292, que recoge los donativos efectuados por los pueblos de Álava para nanciar la toma de Tarifa.
La etimología de la palabra Hetura es problemática. Probablemente, dada la acentuación del nombre en la primera sílaba, lo cual se da en otros topónimos como Gazeta u Ozeta, se trate de la pérdida de una primitiva sílaba inicial, lo que comprobamos en el caso de Gazeta, antiguamente Sagaseta, pero que por el momento nos resulta desconocido en los casos de Ozeta y Etura. Por otra parte es muy probable que la pronunciación de la H inicial no fuese muda sino aspirada.
Etura pertenecía al señorío de Gebara, transformado en 1481 en condado de Oñate. Con la extinción de los señoríos y formación de los ayuntamien- tos constitucionales, en 1837, Etura pasó a formar parte del municipio de Gebara, junto a Elgea y Urizar. En 1885 estas cuatro localidades pasaron al municipio de Barrundia.
Los vecinos de Etura, aunque pertenecían al señorío del conde de Oñate, estaban exentos de pagar tributos, al ser considerados todos hidalgos.
Etura se ubica en la ladera sur del monte Aldaia, al pie del castillo de Gebara, sobre el valle del Zadorra. Según el censo ordenado por el conde de Floridablanca, ministro de Carlos III, en 1786, Etura tenía 60 habitantes. En 1848 tenía dieciséis casas, de las cuales trece estaban habitadas por vecinos, con una población total de 68 habitantes.
El euskara debió perderse en Etura en la primera mitad del siglo XIX, al igual que en otros pueblos del valle del Zadorra y del de Ganboa al sur de ese río.
Su parroquia está dedicada a la Asunción de Nuestra Señora. Se trata de un templo típico del gótico rural tardío vasco, construido en el siglo XVI. La cabecera de la iglesia, que es más estrecha que la nave, está cubierta con una
bóveda con claves decoradas, representando a Jesucristo, San Juan Bautista, San Pedro y Santa Catalina.En el siglo XVII se construyó
la sacristía adosada a la fachada sur.
La torre amenazaba ruina en 1759, por lo que fue reconstruida. Sin embargo la obra no debió resultar satisfactoria, por lo que hubo de rehacerse en 1803.
En la primera mitad del siglo XVIII se tapió la puerta que daba al poniente, abriéndose otra al sur, protegida por un pórtico, que se enlosó en 1767 por los canteros locales Sebastián de Uriarte y Antonio de Uriarte, padre e hijo.
El retablo mayor es del siglo XVII. El sagrario procede del
taller de Salvatierra de Pedro de Larrea, realizado por su yerno, Pedro de Unzueta. Son centrales una imagen de la Virgen y, sobre ella, un Cristo cruci cado, que es la gura más antigua del conjunto, probablemente de principios del siglo XVI.
Hay dos retablos laterales, ambos de nales del siglo XVIII, dedicados a la Virgen del Rosario y a San Juan Bautista.
Está documentada la existencia de varias ermitas en Etura. La de Nuestra Señora de la Cueva o del Horno, estaba ya arruinada en 1759, pasando sus pertenencias y rentas a la parroquia. Se encontraba en la subida al monte Aldaia.
La ermita de Santa Catalina, se abandonó a na- les del siglo XVIII, con su maderamen se reparó el pórtico de la parroquia en 1795, sin embargo se cita que su retablo fue trasladado a la parroquia en 1815, aunque desconocemos su posterior paradero.
La ermita de Santa María Magdalena fue la parroquia del despoblado de Marantxona. Se encontraba en término de Gebara, pero sus tierras, al despoblarse la aldea, pasaron a ser comunidad de Etxabarri, Etura y Gebara. La de la Santísima Trinidad, llamada en euskara Santa- tria, estaba en un alto en la orilla del Zadorra, lindando con Audikana, en cuya parroquia existe una tabla del siglo XVI, que perteneció a dicha ermita, en la que se representa la Trinidad y el Tetramorfos, símbolo de los cuatro evangelistas.
El barranco que hoy se conoce como Barranco Aldaia, se llamaba antiguamente Barranco San Donato, ya que conducía a la ermita de ese nombre situada ya en Ozeta.
Al este del pueblo se encuentran la fuen- te, cali cada en 1848 como “de buenas aguas”, conocida como Fuente Vieja y el lavadero contiguo. Se citan ya en el año 1770, cuando se realizaron las obras para llevar el agua desde el manantial hasta un aljibe y un abrevadero.
Existe allí una estela, que hace de clave del arco del depósito de captación del agua, que representa una cruz de Malta, blasón de la orden del Hospital de San Juan de Jerusalén. Podría proceder del cercano hospital fundado en 1580 en Gebara por Isabel Belez de Gebara, que funcionó hasta mediados del siglo XIX. Existen además otras dos fuentes-abre- vaderos, llamadas “de Arriba y “de Abajo”.
Etura tiene juego de bolos, de la especiali- dad llamada “juego de palma a cuatro de la llanada”, y frontón cubierto de reciente construcción.
Etura tenía, según el padrón de 1981, 18 habitantes. En la actualidad tiene 74 vecinos, ha recuperado pues su población de otros tiempos.
Durante la Primera Guerra Carlista (1833-1839) el general carlista Bruno Villarreal, natural de Larrea, estableció una línea defensiva, que iba de desde Ozaeta a Etura, teniendo como centro el castillo de Gebara, que protegía los pasos entre Álava y Gipuzkoa por la sierra de Elgea.